"Entregar nuestro petróleo es entregar nuestra bandera"
PP: ¿CUÁL ES SU IDEA DE LA SOBERANÍA? ¿EL 20 DE NOVIEMBRE CELEBRAMOS UNA BATALLA NAVAL O UNA CONSTRUCCIÓN NACIONAL?
FH: La Soberanía es un concepto que no se limita a lo político. Un pueblo puede constituirse en Nación, con territorio y Estado propio, pero no gozar de su soberanía. Se trata de una nación colonizada, sin decisión propia. Puede tener muchas riquezas pero no ser suyas. Parece que hoy estamos como el tiempo que describía Charles Dickens en el primer párrafo de su novela Historia en dos Ciudades: “Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal, sólo es aceptable la comparación en grado superlativo”.No teníamos nada, pero supimos tenerlo y fuimos ejemplo de soberanía y desarrollo cultural en el mundo, y por eso las grandes potencias seguirán intentando dejarnos en la categoría de colonia. Por eso los grandes intelectuales de Forja, que ofrecieron su trabajo y su vida a favor del país, afirmaban que éramos una colonia, pero queríamos ser una Nación. Pero como hoy dice Pino Solanas, si pudimos, podemos poder.
La Soberanía como sinónimo de Poder no se limita a lo político (la soberanía política no es solo tener autoridades electas propias) sino que debe extenderse a la economía (la independencia económica) y es un atributo social de todo el Pueblo. Es un concepto espiritual, cultural y no solamente material. Es el atributo cultural de la construcción de los pueblos y no solamente un simple feriado nacional. Se trata de la construcción permanente y no el recuerdo del logro de un día.
PP: LA SOBERANÍA UNA VEZ LOGRADA, ¿SE PUEDE PERDER?
FH: La historia universal está colmada de logros soberanos pero también de pueblos derrotados o sometidos. Como todos sabemos, no solo los reveses son de carácter bélico o militar, que en muchos casos, incluso, provocan pérdidas territoriales. A América Latina le sobran pérdidas no solamente territoriales, sino también de divisiones por causas extrañas provocadoras de guerras internas (las de petróleo entre Bolivia y Paraguay, entre Perú y Ecuador), separatismos (del subsuelo con la provincialización en Argentina, la creación de Panamá, la media luna boliviana, etc.) y pérdidas de las actividades más estratégicas y rentables aunque sean prohibidas (colonización minera, financiera, petrolera, agrícola –como la sojera actual-, la creación de deuda externa, la imposición del juego, el narcotráfico, etc).
Si sabemos quién tiene el dominio de nuestros bienes, adónde va la renta de los mismos, y qué país gestiona nuestros bienes sabremos si somos colonia o Nación.
El concepto cristalizador de la Soberanía nos dice que “usted es soberano porque puede votar” para elegir presidente, gobernadores, senadores y diputados. Contentarse ilusoriamente de Soberanía por participar en elecciones es lo que muchos intereses materiales e ideológicos nos quieren hacer creer: acusan de exceso de “soberanismo” o de “nacionalismo” a los que creemos que la lucha por la soberanía es una causa permanente, a igual que la lucha por la justicia social: son una construcción permanente, que si se detiene no se queda en el mismo lugar donde se estaba. No avanzar es retroceder hacia otra situación histórica o hacia otro espacio menos soberano.
PP: ¿LA ARGENTINA ACTUAL DEFIENDE SU SOBERANÍA?
FH: No lo está haciendo, y para afirmarlo no es necesario dar muchos ejemplos. La Soberanía territorial no se limita al poder soberano de lo superficiario: debe alcanzar al subsuelo y al aire, porque ambos son partes de nuestro “territorio” soberano. Desde 1990, durante el reino foráneo del pensamiento único y el consenso de Washington, el suelo argentino está transferido a las provincias “concedentes” y “prorrogadoras” y concedido a las multinacionales del petróleo y la minería, mientras el aire y el mar quedan indefensos porque no tenemos fuerzas navales y aéreas que puedan hacer que el ejercicio de la voluntad soberana sea real.
Por otra parte, falta información: mientras los ingleses buscan nuestro petróleo alrededor de las Malvinas, y convierten a nuestras islas en una de las principales fortalezas militares del mundo.
PP: LA NACIÓN QUE NO ES DUEÑA DE SU PETRÓLEO, ¿ES SOBERANA?
FH: Es el caso argentino. Tenemos dos fechas muy cercanas, el 20 de noviembre y el 13 de diciembre: dos grandes batallas que los argentinos de 1845 y 1907 triunfaron admirando a todo el mundo. O sea que en apenas 23 días celebramos una victoria militar en nuestro río Paraná y un triunfo económico, social y técnico que extendió el poder soberano de la Nación en sus despobladas extensiones del Sur. Estas dos fechas nos hacen comprender que la soberanía es integral o no la es.
En 1907 nos constituimos en el noveno o décimo país del mundo con petróleo, pero también decidimos ser el primer país con una extracción estatal, y luego con la primera empresa pública, jurídicamente hablando, que tuvo el planeta. No obstante, el presente nos dice que el país no es dueño y cada vez posee menos reservas conocidas de hidrocarburos (no es “soberano”, “señor”, no tiene el “dominio”). Y la actualidad es por demás conocido que el país que no tiene reservas petroleras no tiene futuro.
Tan cerca en el calendario estas fechas, pero deben acercarse en sus conceptos para entenderlas conjunto, para que sus enseñanzas lo sean para el presente. Repetimos, debemos impedir que se las aleje, porque a pesar que fuimos el primer país que trató al petróleo en forma soberana (las empresas privadas de Estados Unidos y el Reino Unido lo usaron como instrumento de dominación mundial, recordando que Inglaterra nacionalizó la empresa privada que tenía en Persia). Fuimos los primeros que al petróleo lo constituimos como bien público, de naturaleza estratégica (la extracción, transporte y comercialización en 1907 estuvo a cargo de un Ministerio nacional y de la Marina). Hoy, a diferencia también de todos los países del mundo, lo tratamos como si tuviera una naturaleza semejante, por ejemplo, a una gaseosa.
Mientras vemos que empresas petroleras y financieras que actúan en la explotación británica alrededor de las islas Malvinas, el gobierno no las prohíbe actuar en nuestro territorio.
PP: ESTUVIMOS PRESENTE CUANDO PINO SOLANAS PRESENTÓ PROYECTOS PETROLEROS ¿ELLOS INCIDEN EN LA LUCHA POR EL LOGRO DE LA SOBERANÍA NACIONAL ENERGETICA?
FH: En efecto, el 2 de noviembre presentó tres proyectos de leyes tendientes a la terminar con la desregulación del sistema petrolero, la desnacionalización del dominio hidrocarburífero, y la desinformación que sufrimos todos los argentinos acerca del petróleo. Se trata de tres proyectos legales que significan un cambio copernicano del despojo petrolero que sufre nuestra Nación. La continuada política petrolera menemkirchnerista hace que sigamos desnacionalizados, desregulados y desinformados de este bien estratégico.
Los coherentes proyectos de ley de Pino Solanas proponen, a la conciencia de legisladores, de los responsables del poder ejecutivo y del poder judicial, y a toda nuestra población, la abrogación de los decretos desreguladores de la actividad petrolera y gasífera (de octubre, noviembre y diciembre de 1989) destinados a asegurar ultrarentas a las multinacionales que se harían cargo de nuestras empresas públicas; la nacionalización del submar argentino, y la creación de una empresa pública federal PETROARG con participación accionaria exclusiva de la Nación y las Provincias; y, por último, la realización permanente, durante cada dos años, de una Auditoria Integral que nos permita conocer con exactitud el nivel de reservas que tenemos y los años que las mismas satisfagan a la demanda interna, que como dice la ley vigente, debería tener prioridad absoluta sobre las exportaciones de crudo y combustibles que se mantienen, bajo la “vista gorda” de las autoridades que no cumplen con la ley.
No hay comentarios:
Publicar un comentario